Consejos de Relaciones

La dejé porque tenía miedo

• El miedo al compromiso puede hacer que alguien termine una relación porque puede sentirse abrumado o inseguro sobre el futuro. Las relaciones son como montañas rusas, y algunas personas simplemente no tienen sus cinturones de seguridad bien abrochados para el viaje salvaje que les espera. Es posible que les aterrorice hacer planes a largo plazo o simplemente les falte confianza en su capacidad para afrontar lo que les espera.

• La ansiedad y el miedo a la vulnerabilidad pueden llevar a alguien a alejar a su pareja, pensando que es más fácil que enfrentar una posible angustia. Es como el clásico juego “Dodgeball”, pero en lugar de esquivar pelotas, ¡estás esquivando emociones! A algunas personas les resulta más seguro mantener a los demás a distancia en lugar de arriesgarse a exponerse emocionalmente y potencialmente salir lastimados.

• Las experiencias pasadas, como haber sido herido en relaciones anteriores, pueden hacer que alguien tenga miedo de volver a acercarse a otra persona. ¿Imagínese si cada vez que intentara comer sushi terminara con una intoxicación alimentaria? ¡Probablemente te mantendrías alejado del pescado crudo para siempre! De manera similar, las angustias pasadas pueden dejar cicatrices que hacen que las personas duden en volver a sumergirse en el amor.

• Sentirse inadecuado o indigno de amor puede resultar en autosabotaje al terminar una relación antes de que la otra persona tenga la oportunidad de rechazarla. ¡Ahh, el viejo síndrome del impostor ataca de nuevo! Algunas personas luchan por sentirse merecedoras de amor y se convencen a sí mismas de que romper es mejor que esperar a que su pareja se dé cuenta de que no son dignos, ¡aunque en el fondo saben que merecen todo el amor del mundo!

• El miedo a la intimidad y a la apertura emocional puede llevar a alguien a romper una relación en lugar de arriesgarse a que sus verdaderos sentimientos queden expuestos. Abrir el corazón es como estar desnudo en el escenario durante una representación de ópera: ¡terriblemente vulnerable! Para aquellos que temen la intimidad emocional (y tal vez las notas altas), cortar los lazos parece más fácil que desnudar el alma.

• Las inseguridades sobre la propia capacidad para cumplir las expectativas o las necesidades de la pareja pueden crear ansiedad que lleve a terminar la relación prematuramente. Es como si te entregaran un juego de muebles IKEA sin instrucciones: ¡estás convencido de que nunca podrás montarlo correctamente! A algunas personas les preocupa no estar a la altura de las expectativas de su pareja o no satisfacer sus necesidades, lo que les hace abandonar antes incluso de darse una oportunidad.

• Es importante reconocer que el miedo es una emoción natural, pero no debería dictar sus acciones en las relaciones. El miedo es como tener un hermanito molesto que te acompaña dondequiera que vayas: siempre ahí, pero no necesariamente útil. ¡Reconoce tus miedos, pero no dejes que controlen tus decisiones cuando se trata de asuntos del corazón!

• Tómese el tiempo para reflexionar sobre qué miedos o ansiedades específicas le hacen sentir miedo en la relación. Toma una taza de té (o café, si ese es más tu estilo) y disfruta de un momento de calidad para “yo” en el que te sumerges profundamente en esas aguas turbias de la autorreflexión. Identifique qué es exactamente lo que le asusta sobre el compromiso o la vulnerabilidad para que pueda empezar a afrontar esos miedos de frente.

• Comunícate abierta y honestamente con tu pareja acerca de tus miedos. Es posible que puedan brindar tranquilidad y apoyo… a menos que en secreto también les aterroricen las arañas; ¡Entonces quizás encuentres a alguien más que te respalde emocionalmente! Compartir nuestras preocupaciones más profundas con nuestros socios les permite conocer nuestras mentes y corazones, fomentando la comprensión y creando espacios para crecer juntos.

• Considere buscar terapia o asesoramiento para abordar cualquier problema subyacente que contribuya a su miedo a la intimidad o al compromiso porque a veces todos necesitamos ayuda profesional – ¡no es una vergüenza admitirlo! Los terapeutas son como entrenadores personales de emociones; ¡Nos guían a través de entrenamientos duros hasta que nos desgarramos emocionalmente lo suficiente como para tener relaciones saludables!

• Trabaja en desarrollar la confianza en uno mismo y la autoestima porque, oye, ¿quién no quiere una dosis extra de arrogancia? Aumentar la confianza ayuda a combatir las inseguridades que alimentan el miedo en las relaciones. Recuerda: eres increíble tal como eres y ¡cualquiera tendría suerte de tenerte!

• Ponte a prueba para salir gradualmente de tu zona de confort, dando pequeños pasos para enfrentar y superar tus miedos. Es como subirse a una montaña rusa: ¡comienza con las atracciones para niños antes de probar las más grandes! Superar el miedo significa aceptar la incomodidad poco a poco hasta que se convierta en una segunda naturaleza.

• Recuerde que ninguna relación está exenta de riesgos, pero permitir que el miedo controle sus decisiones puede impedirle experimentar el amor y la conexión. El amor es como hacer puenting: ¡estimulante pero aterrador! Si bien siempre existen riesgos en las relaciones, dejar que el miedo tenga todas las cartas puede significar perder conexiones increíbles y experiencias inolvidables.

• Date tiempo y espacio para el crecimiento personal antes de entablar otra relación seria si es necesario porque, bueno, Roma no se construyó en un día (ni siquiera durante una temporada de “The Bachelor”). Embárcate en aventuras en solitario, descubre nuevos pasatiempos o simplemente disfruta de estar soltero mientras te concentras en convertirte en una versión aún más sorprendente de ti mismo.

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